Antonio Cañete es secretario general de PIMEC. También es ingeniero industrial por la UPC y ha ejercido como profesor colaborador en la UPC, UAB y UB, además de diferentes instituciones como la Cámara de Comercio de Barcelona y la Fundació Bosch i Gimpera.
Usted es ingeniero industrial. ¿Qué le llevó a estudiar esta carrera?
La verdad es que estaba desarrollando los estudios académicos de Formación Profesional en secundaria. Y como que me sentía identificado con el FP me puse a estudiar. Al estudiar la especialidad en el perfil eléctrico, la ingeniería me daba un perfil industrial en este ámbito. También lo hice porqué siempre me ha preocupado la técnica y la posibilidad de transformar cosas, y ya sea con el FP como con la ingeniería era posible. Aun así, mucha gente que me conoce se piensa que soy economista o que he estudiado derecho.
¿Qué poder tienen la ingeniería y el software a la hora de transformar las cosas?
Las cosas triunfan y tienen un alto nivel de competitividad si están procedimentadas. Y el software lo permite. Tenemos una economía muy establecida, y en esto los alemanes tienen mucha ventaja porque lo tienen todo muy procedimentado. Y la ingeniería y el software tienen, como cosa buena, que te obligan a estructurar las cosas. Y, de hecho, es una cosa que también se nota cuando se está delante de un ingeniero respeto a otros perfiles.
¿Hasta qué punto es importante tenerlo todo muy organizado y programado?
Desde mi punto de vista, el 80% de las cosas que haces se pueden planificar, aunque después la realidad obliga a adaptarlo según las circunstancias. I aquí el software es importante porqué te permite hacer todo esto: programar y adaptar. Y, además si lo tienes programado, quiere decir que le has dedicado un tiempo a pensar y este permite priorizar las cosas.
¿Qué importancia tiene dejarlo a profesionales?
Siempre es bueno que estés en manos de una persona que sea capaz de sistematizar cualquier acción. Si se requiere que, entre A, B, C, D y E, los ingenieros lo tienen más por mano. En el ámbito institucional, por ejemplo, noto que, a la hora de afrontar la resolución de los problemas, los análisis que hace un ingeniero son diferentes de los hechos por un otro perfil. Un ingeniero es quien delante de un problema hará un análisis y será capaz de encontrarle la solución. Y esto que puede parecer una tontería es muy importante.
¿Qué incidencia tiene la innovación y el software en la competitividad de la industria?
Toda. Y cuando digo toda, quiero decir que cualquier empresa que no sea capaz de analizar, planificar y ver los errores, no será capaz de contemplar los cambios. Y hoy en día, tienes que tenerlos muy estructurados y si no paras atención, a veces, cuando llegues llegas al objetivo, ya es demasiado tarde. Creo que es muy importante el hecho de tener todos los parámetros bien controlados, y con el software es micho más fácil.
Recientemente se ha aprobado la ley de contratos del sector público en la cual PIMEC ha incidido notablemente. ¿Qué importancia tiene la innovación?
En los concursos, en la valoración de las ofertas, ya no es tan importante el precio, sino que se valora la innovación. Y una de las cosas de la contratación pública es que es un elemento tractor porque la innovación sea valorada. Por esta razón es importante que las empresas tengan una visión estratégica de la innovación, y evidentemente la programación ayuda.
Usted también es profesor de ciclos formativos y universitarios. ¿Qué se hace para incentivar la innovación desde la formación?
La formación necesita cambios muy importantes. Y el primero es dar respuesta a las necesidades del sector productivo. Parece mentida que con el paro que hay, se estén buscando determinados perfiles profesionales que no se encuentran. También hace falta más flexibilidad en la formación profesional y la universidad para que se puedan adaptar los cambios a la velocidad que requiere la empresa.
¿Cómo podemos incidir en la innovación de los nuevos profesionales?
Si la persona está realmente preparada, tiene todas las posibilidades para poder ayudar a la empresa a innovar. Y también hace falta más transferencia de conocimiento de la universidad hacia la empresa. No puede ser que se dé mucha importancia a les publicaciones y no a ésto. Es necesario valorar más la transferencia tecnológica.